Voy a utilizar este post para ir colgando los resúmenes de partida:
OTOÑODiario de la expedición von Eifenmeister, primera semana en Castrosa.El viaje en barco cruzando el Océano de las Lágrimas (como cualquier erúdito sabe este no es el nombre oficial, sino el como se le llama vulgarmente debido a la cantidad inusitada de viudas de pescadores que han dejado las terribles tormentas inesperadas que tan a menudo asolan esta extensión de mar) ha sido terriblemente duro, mucho más de lo que imaginaba. Durante varios momentos a lo largo del mismo tuve la certeza que el barco se hundiría y no quedaría de nosotros sino una deuda en el nombre de mi familia. Pero por suerte el capitán del barco ha estado más que a la altura de las circumstancias, y su experiencia en viajes entre Carcosa y el Continente le ha permitido dejaros en tierra sanos y salvos.
Me costó trabajo, pero con el dinero de mi familia he conseguido financiar una pequeña expedición para estudiar el interior del continente de Castrosa. Adanedhel Agarwaen, un elfo cuya ascendencia emigró a nuestro continente hace siglos con total seguridad, es el encargado de dirigir la expedición, y cuyos conocimientos sobre la cultura elfa que habitó estas tierras será tremendamente útil para nuestras investigaciones. Sin embargo, no consigo quitarme de la cabeza la idea de que me está escondiendo algo respecto a la tierra de sus antepasados... Por si acaso, no pienso quitarle el ojo de encima. Nuestro otro compañero es Arugal, provinente de los Grandes Bosques. Al preparar la expedición ya me informé que la parte más cercana a la costa de Castrosa es principalmente un paisaje boscoso, y los conocimientos de la naturaleza del druida tendrán un papel clave para el éxito de nuestra expedición. Y finalmente estoy yo, Kristoff von Eifenmester, primogénito de los von Eifenmeister de la ciudad imperial de Ringenworten y recién diplomado en la Academia de Artes Mágicas y Misteriosas. No tengo ninguna duda que la próxima vez que pise los terrenos de la Academia será como el sabio que consiguió descubrir los secretos que causaron el éxodo en Castrosa.
Tras varias noches recuperando fuerzas del viaje en el poblado de Oleg, ayer por la mañana por fin nos pusimos en marcha. ¡Menudo paseo por la naturaleza! Adanedhel propuso subir a la colina más cercana para hacernos una idea del entorno más cercano, y tras una dura ascensión conseguimos coronar la cima de tan alta montaña (aunque Arugal insistía en que aquello no era más que una pequeña colina a mi se me pareció emular las hazañas de Edumnt Hilarist cuando coronó por primera el alto pico del Eifenvest). Desde allí vimos restos de una antigua civilizacion, que al acercarnos resultaron ser unas ruinas de un viejo templo de Lestari, dios elfo del hogar y los viajes (menuda religión más estrambóticas tienen esos vagabundos). El templo no estaba desocupado, sino que dos terribles y fieros orcos nos plantaron dura batalla, y solo gracias a nuestro coraje y poderío conseguimos prevalecer sobre ellos. Debo agradecer mi supervivencia en esta lucha a mis profesores de la Academia: sin sus enseñanzas no hubiera conseguido mantener la compostura ante dan duro enemigo, ¡y mucho menos utilizar mis artes arcanas para vencerles!
El templo no era el único edificio que había en esta zona, pues relativamente cerca se encontraban las ruinas de una antigua ciudad, sin duda élfica. Solo restos de muros y sótanos mugrientos habían sobrevivido al paso del tiempo. Pero me temo que el asentamiento no estaba tan abandonado como hubiesemos deseado para poder investigarlo con calma, pues un pequeño ejército de orcos armados hasta los dientes habían hecho residencia en el lugar. ¡Y estaba a menos de un día de viaje de Oleg! Escribo esto mientras regresamos al poblado a avisar del peligro que recién hemos descubierto, rezo a los dioses para que ninguna de esas bestias pueda seguir nuestro rastro...
Siguientes sesionesTras descansar en Kestel al regresar del templo de Lestari y de la ciudad donde encontraron orcos descansando. Argné, Black Belany y Davi se unieron a Arugar y Kristoff en sus exploraciones. Juntos recorrieron la ribera sur del río explorando y al hacer noche para descansar sufrieron el ataque de un extraño "árbol" que intentó comerse a Davi. Tras un combate largo y peculiar lograron liberarlo y quemaron el "árbol". Dado que este tipo de criaturas eran propias de zonas con mucha muerte exploraron a ver si había alguna otra cosa y encontraron la entrada a una tumba enterrada.
Tras descansar en el exterior la exploraron descubriendo que se trataba de un lugar dedicado a Bolgar, el conquistador, Dios opuesto a Vangeir la pacificadora (diosa a la que sigue la clériga Argné). Allí encontraron numerosos no muertos, tesoro y un ser sobrenatural que parecía ser el propio Bolgar (o tal vez un avatar, un tipo con el mismo nombre, etc...). Lo destruyeron y se quedaron su corona que ofrece numerosos poderes nigrománticos, así como el tesoro que encontraron en la tumba.
Tras regresar a Kestel e informar se corrieron una señora juerga durante la cual trabaron amistad con una barda que estaba de visita en la ciudad, oyeron hablar de una cueva de contrabandistas al norte y hablaron más de la cuenta sobre los tesoros y la localización de la Tumba de Bolgar. A la mañana siguiente descubrieron que un grupo de aventureros que estaba en la fiesta había salido en busca de la tumba y decidieron seguirlos para impedir que sufrieran daños/evitar que saquearan lo suyo. Davi se despidió del grupo diciendo que eso de luchar con no muertos no era lo suyo. Kristoff se quedó en el pueblo ya que tenía que acabar unos tratos con el constructor local sobre la nueva casa que le van a construir pero avisó de que les seguiría poco después. Al grupo se unió Adanedhel que accedió a ejercer de rastreador del otro grupo y Iskhandar, un enorme bárbaro que no parecía tener nada mejor que hacer.
El grupo siguió el rastro de los exploradores mientras Arugal transformado en halcón se adelantó volando hasta la tumba para comprobar si ya estaban por allí. El rastro se desviaba del río y se adentraba en una zona de bosque denso donde lo acabaron perdiendo. Tras deshacer parte del camino hasta las cercanías del río, el grupo acampó. Esa noche fueron asaltados por un grupo de lobos fantasmales.
A la mañana siguiente se les unió Kristoff y juntos se dirigieron hacia el sur hasta encontrar los restos de una antigua carretera. El rastro del otro grupo se dirigía hacia el este (a la costa) pero decidieron explorar hacia el oeste (hacia el interior) siguiendo la carretera. Ésta acababa en un enorme pozo que se hundía en el suelo más de 300 metros. Tras dudar un rato, decidieron explorar alguno de los túneles que parecían cruzar el boquete y que parecían cavernas naturales creadas por el agua. Allí oyeron a unas criaturas en un túnel lateral a las que decidieron no molestar y exploraron en otra dirección. Llegaron hasta una gran caverna con una extraña formación de roca en su interior rodeada de restos de cuerpos. Al acercarse a examinarla, la formación cobró "vida" y les atacó con tentáculos de piedra, intentando atraparlos y llevárselos a una boca llena de colmillos de piedra. Tras un combate complejo en el que descubrieron que el grueso de sus armas hacían poco daño a la piedra acabaron derrotándolo con una estrategia conjunta: Kristoff identificó la boca como un posible punto débil y azuzó a una criatura no muerta a la que había levantado contra la criatura para distraerla, Adanedhel arrojó su lanza al interior de las fauces y una maniobra combinada de Iskhandar y Arugal la clavó hasta lo más profundo de la criatura.
Tras morir la criatura, extrayeron la lanza y descubrieron una enorme gema en su interior (su corazón/cerebro?).
El grupo decidió salir al exterior y descansar en un lugar más tranquilo antes de decidir qué harían a continuación.
Durante la noche de descanso al salir del Hoyo, el grupo oyó ruidos de un combate, era Black Bellany que les había seguido algo borracho y se había encontrado con un orangrután, que perseguía a una manada de perratas en estampida hacia El Hoyo, y lo había matado. Durante el combate percibió unas extrañas visiones que no quedó muy claro a qué se debían pero que parecían proceder del orangrután. Tras examinar al orangrután decidieron volver al campamento, encontrandolo pisoteado por las perratas y saqueado por los orangrutanes.
Tras dudar bastante trataron de explorar el bosque, hasta escucharon unos aullidos que les helaron la sangre. Mientras se preparaban fueron atacados por una manada de lobos dirigida por una figura mitad lobo mitad hombre con un brillo de inteligencia en sus ojos. El gran lobo intentó poseerles y les imbuyó con sed de sangre (en especial a Arugal que decidió atacar a Black Bellany). Tras deducir que se trataba de algún tipo de espíritu de hombre lobo corrupto y lograr ahuyentarlo a él y a los lobos, el grupo decidió volver a casa y curarse de sus heridas diversas.
Durante los dias en que descansaron en el pueblo, Krisstof convenció al alcalde para que le prepara ropajes adecuados para entablar conversaciones con los orangrutanes. Tras descansar, se volvieron aponer en camino. En esta ocasión decidieron ir a explorar la zona al sur del Templo de Bolgar. El tiempo no les acompañó y desde el primer momento las nubes espesas dejaron paso a una llovizna incesante que se convirtió en lluvia intensa y luego torrencial conforme pasaban las horas. Decidieron refugiarse en el Templo de Bolgar y fueron atacados por unas cuantas criaturillas no muertas (esqueletos animales de la zona). Kristoff logró controlarlos y expulsarlos del templo pero las criaturas siguieron ligadas a su voluntad durante un rato (es lo que tiene controlar... XD).
Al día siguiente exploraron la zona al sur del Templo y encontraron una antigua aldea halfling. Aparentemente estaba abandonada desde el cataclismo aunque, en algún momento de la historia reciente (últimos 10-15 años) alguien había pasado por allí y encendido algún que otro fuego. Encontraron el sótano de lo que parecía ser el edificio principal (mitad posada-mitad alcaldía) y allí descubrieron algunas botellas de vino halfling en buen estado (de unos 1800 años de antigüedad!!) y bastante documentación en diversos estados de conservación, ademas de un antiguo sello de lacre con un simbolo desconocido. Decidieron regresar al pueblo aunque antes tuvieron que volver a hacer noche en el templo de Bolgar para evitar lo peor de las tormentas.
El grupo volvió a reunirse en Kestel con Adanedhel y Arugal.
Adanedhel había pasado los días anteriores el templo de Lestari tras recibir unas visiones y se había convertido a su fe. Además aprovechó para arreglar un poco el lugar y pudo observar como el grupo de orcos que acampaba en la ciudad élfica en ruinas había abandonado la zona partiendo hacia el norte.
Por su parte, Arugal se había estado recuperando de las heridas y había estado explorando la zona cercana al pueblo. También se había enterado de que al parecer otro grupo de aventureros había estado por allí reportando el hallazgo de una torre en uno de los extremos de la carretera descubierta por el grupo (en el lado opuesto a El Hoyo) y que habían tenido una discusión con el alcalde Oleg y se habían marchado casi de inmediato del pueblo. Según Oleg les explicó discutieron por el dinero ya que la líder del grupo quería cobrar más dinero.
En el pueblo, los aventureros también averiguaron que la ciudad cercana iba a enviar a un grupo de soldados con sus familias a establecerse en el pueblo de cara al invierno para defenderlo de los posibles ataques de los orcos y otras criaturas. Se espera su llegada en las próximas semanas.
Tras discutir sobre si deberían ir a buscar al otro grupo de aventureros o dirigirse hacia alguna otra dirección finalmente decidieron acudir a la ciudad élfica en ruinas y ver qué podían averiguar al respecto. El día volvió a amanecer lluvioso (aunque las lluvias más torrenciales parecen haberse detenido) y los aventureros decidieron hacer noche en el Templo de Lestari. A la mañana siguiente (aún con lluvia) se acercaron a la ciudad que vieron que estaba completamente vacía. No había rastros de hacia donde habían ido los orcos, pero dado el tiempo y la climatología de los últimos días, era algo ya esperable. En la ciudad no encontraron nada de interés, parecía que o bien ya había sido saqueada o los orcos se habían llevado lo poco que podía quedar de interés.
El grupo decidió dirigirse hacia el sur-suroeste para cubrir el hueco que quedaba hasta el río y por el camino encontraron los cadáveres de tres orangrutanes muertos un par de días antes. Parecían haber muerto debido a armas de filo y aunque ya estaba considerablemente borrado, encontraron un rastro de sangre que se dirigía hacia el río (aprox). Lo siguieron hasta escuchar unos sonidos extraños tras unos matorrales que resultaron ser un jabalí enorme con unos colmillos extrañamente (aterradoramente) afilados. El jabalí cargó contra Iskandar desjarretándole una pierna y en un esfuerzo conjunto lograron acabar con él, no antes de que hiriera de gravedad a Bellany y que Kristoff llamara la atención de algo no deseado (algo que tal vez tuviera que ver con el pavoroso aullido de lobo que se escuchó poco después...).
Mientras Arugal curaba a los heridos y luego los tres se dedicaban a destrozar el cráneo del animal para llevarse sus colmillos, Kristoff y Adanedhel examinaron lo que había tras los matorrales, que resultó ser el cuarto orangrután que parecía haber sido herido también por armas de filo y haber acabado muerto debido al ataque del jabalí. Dado que era tarde y estaban bastante agotados decidieron acampar cerca de allí.
Los aullidos de los lobos siguieron escuchándose durante la noche y poco a poco parecían estar acercándose hasta que finalmente un grupo de tres lobos los encontró. Una bola de fuego de Kristoff dejó a dos de ellos malheridos antes de que llegaran al combate mientras que las flechas de Adanedhel entretuvieron al tercero, pero finalmente el combate se resolvió en el cuerpo a cuerpo y varios de los aventureros volvieron a recibir graves heridas (ahora todos entendemos como Iskandar está tan lleno de cicatrices... lo que sigue sorprendiéndonos es que haya logrado sobrevivir hasta ahora!!).
Tras el ataque de los lobos Iskandar y Arugal decidieron regresar al pueblo para que el primero pudiera recuperarse de sus heridas y Adanedhel, Kristoff y Bellamy siguieron explorando la zona un poco más aprovechando que el día había amanecido despejado tras las lluvias. Tras dar algunas vueltas encontraron un pequeño claro con un altar de piedra negra. El claro parecía haber sido antaño algún tipo de edificio del que únicamente quedaba alguna piedra suelta en el suelo y el propio altar. Se acercaron a observarlo pero mientras estaban allí un grupo de orangrutanes saltó desde unos árboles cercanos con actitud hostil hacia ellos.
Mientras Adanedhel intentaba hacerse entender con ellos y decirles que no eran hostiles, Kristoff intentó amedrentarles (sin éxito), se lanzó un conjuro de invisibilidad (que asustó considerablemente a los orangrutanes) y luego se dirigió hacia el altar hablando con voz grave y tenebrosa intentando ahuyentarles. Los orangrutanes reaccionaron de forma bastante hostil intentando atacarle (pero al ser invisible eran fáciles de esquivar) y tras estar así un rato acabaron llevándose a Adanedhel y Bellamy hacia su guarida, una cueva en uno de los márgenes del río.
Al entrar en la cueva y quedar completamente a oscuras, Adanedhel lanzó un conjuro de luz que llamó mucho la atención de los orangrutanes. Primero parecieron asustados pero, al ver que no parecía hacerles daño, mostraron bastante curiosidad por "la piedra de luz".
Tras caminar por la cueva durante bastante rato (con Kristoff siguiéndoles invisible) llegaron a una caverna donde había algunos orangrutanes más (incluyendo un par de crías). Allí finalmente lograron comunicarse parcialmente con los orangrutanes. Éstos tienen una red de ccomunicación telepática y "hablando" con ellos, Adanedhel pudo hacerles entender que ellos no eran hostiles y averiguar que un grupo de humanos vestidos de forma "uniformada" había atacado y masacrado a un grupo de orangrutanes al norte del altar que ellos habían visto. Por último los orangrutanes les dejaron irse.
En el exterior decidieron que lo primero que querían hacer era investigar bien el altar de piedra negra y regresaron al claro. Allí averiguaron que el altar estaba construido con piedra volcánica y que tenía algunos restos de tallas. Tras examinarlas descubieron que estaba dedicado a a Irasel, la diosa elfa reverso oscuro de Lestari. Una diosa de la naturaleza salvaje y destructiva y que alguien había lo había utilizado hace algunos meses para hacer algún sacrificio animal. Bajo el altar encontraron una "cripta" en la que pudieron rescatar unos pocos documentos, un par de medallas con el símbolo de Irasel y una flauta de hueso enorme (1 metro de longitud aprox) finamente tallada.
Tras estos descubrimientos decidieron que iba siendo hora de regresar a Kestel e informar al alcalde Oleg de lo sucedido y descansar antes de volver a los caminos.
Tras descansar un par de días en Kestel, Kristof y Bellamy ya estaban deseosos de partir de nuevo. Junto a ellos se ha ido Misin, la aprendiz de Olga, la barda.
Deseosos de impresionar a Misin, se han dirigido hacia la última zona que estuvieron explorando con intención de intentar averiguar algo más sobre los misteriosos extraños que han estado atacando a los orangrutanes. Al llegar al lugar donde lucharon contra el jabaluchillo han descubierto que el cadáver ya no estaba y mientras investigaban qué había pasado, el jabaluchillo resucitado, junto con el orangrutan muerto y, más tarde, tres cadáveres humanos, se han lanzado sobre el grupo.
El combate ha sido complicado ya que les superaban en número pero aunque han resultado heridos, han logrado vencer. Al investigar qué o quién podría haber levantado a esos no muertos no han logrado encontrar indicios claros, pero sí que han notado que algunas plantas de la zona parecían tener una vitalidad extraña. Visto lo complicado de la situación Kristoff ha decidido alzar al orangrutan no-muerto/muerto, como muerto viviente a su servicio para su protección y tras un breve ritual (y la ayuda de la corona de Bolgar), se ha vuelto a alzar, esta vez bajo las órdenes del mago.
Tras decidir que la zona no era demasiado segura para pasar la noche han vuelto hacia el rio para lavarse y de ahí han decidido ir a hacer noche al Templo de Bolgar. Al llegar al templo han descubierto que allí también había no muertos, pequeñas criaturas, aparentemente resucitadas de forma fortuita y que parecen congregarse en el lugar. Como eso tampoco les generaba demasiada confianza han decidido acampar en el exterior. A la mañana siguiente han estado debatiendo qué hacer al respecto y han decidido cerrar las dos primeras puertas del templo por si el hecho de que estuvieran abiertas era lo que atraía a los no muertos hacia allí. Otra opción sobre la que han debatido era sobre si se debía dejar algún tipo de guardián en el templo o sus alrededores. Se ha hablado de dejar el orangrutan no muerto o de intentar atar con algún tipo de ritual al espíritu lobo al lugar, pero a falta de una solución clara, el grupo ha decidido volver a Kestel y pensárselo mejor.
INVIERNOEl invierno ha llegado a Castrosa y los viajes de exploración se han visto obligados a detenerse debido al frío y la nieve. Durante esas largas semanas nuestros exploradores han aprovechado para descifrar los diversos documentos que han ido encontrando en sus viajes y han descubierto una gran cantidad de nuevos datos.
Por un lado, en los papeles del altar de Irastel se encontraron unas partituras para flauta junto con diversos trozos de textos sagrados. El grupo ha "decidido" que era peligroso tocar las melodías de la flauta así que todavía no las han probado.
Por otro lado, la documentación recogida en Intier (el poblado halfling) indicaba que en las cercanías tenía una mina de cobre que era su principal fuente de trabajo. Intier pagaba impuestos a Alaria (la ciudad elfa al norte) y también comerciaba con Haleth (una ciudad al oeste, "más allá de las colinas"). En la documentación también se habla de un molino que está "junto al río, al pie de las montañas", pero no se da su localización exacta.
En un viejo mapa del pueblo también se puede ver la localización de algunas granjas alejadas que tal vez se mantengan en pie o puedan tener algún tipo de resto interesante.
Por último, la documentación de Intier incluye una serie de cartas en las que se comenta que han tenido un año muy duro, con muchos ataques de no muertos y de bestias salvajes y que se han perdido un par de cargamentos de la mina, lo cual va a dificultar el pago de los impuestos. En estas cartas también se piden refuerzos militares para poder resistir el próximo invierno.
Entretanto, en Kestel, también han tenido lugar algunos hechos relevantes. Justo antes de las primeras nevadas llegaron al pueblo los refuerzos militares prometidos por Atris consistentes en 6 soldados y su capitana, Verna Staut. Verna vino acompañada de su marido, Posder Staut, que es zapatero y ha montado un pequeño negocio en el pueblo. Los soldados construyeron unos barracones improvisados y han estado trabajando construyendo una pequeña empalizada alrededor del pueblo (que aún no está terminada, ni de lejos) y patrullando cuando el tiempo lo permitía.
Tanto los soldados como los cazadores y leñadores de la zona (que son los únicos que se aventuran ocasionalmente en los bosques) han informado de diversos ataques de animales no muertos así como de varios ataques de lobos. Algunas de las granjas también hablan de ataques de lobos al ganado y todo el mundo ha podido escuchar como los aullidos de los lobos se repetían noche tras noche durante el invierno.
Durante estos meses, Kristoff ofreció a Bellamy que se mudara a su casa y viviera allí durante el invierno a cambio de que éste le protegiera durante las salidas de primavera y verano. Durante el invierno Kristoff ha estado estudiando/descifrando la documentación así como intentando desarrollar un ritual para ligar el espíritu del hombre lobo a la tumba de Bolgar mientras que Bellamy ha estado disfrutando de los escasos pasatiempos presentes en Kestel.
Adanedhel se estableció a las afueras del pueblo y Argné se mudó con él. Mientras Adanedhel intentaba profundizar en su conocimiento sobre Lestari, Argné ha estado intentando evangelizar a los pueblerinos hablando sobre Vangeir y sus creencias "pacificadoras" con un éxito bastante limitado...
PRIMAVERALa llegada de la primavera también ha traído nueva sangre a Kestel y un nuevo aventurero se presentó al principio del deshielo, un joven humano llamado Udeir que decidió unirse a la exploración del lugar.
Tras discutir durante todo el invierno (y durante el resto de la sesión...) qué deberían hacer con el templo de Bolgar, el grupo finalmente decidió ir a investigar la mina de cobre de la que hablaba la documentación de Intier. En el camino hacia allí encontraron algún que otro animal no muerto que no les dio mucho problema evitar/eliminar pero en un momento dado un grupo formado por un jabalí y un par de lobos no muertos les dio algo más de problemas. Al llegar a Intier decidieron refugiarse en el sótano que ya les sirvió de refugio en anteriores ocasiones y partir hacia la mina por la mañana. La noche pasó tranquila aunque los aullidos de los lobos les acompañaron cual nana...
A la mañana siguiente el grupo partió hacia las colinas en busca de la entrada a la mina. Mientras ascendían por las colinas pudieron observar una zona del bosque cercano en la que parecía haber algún claro y que parecía coincidir con alguna de las granjas alejadas señaladas en el mapa de Intier pero decidieron continuar su camino hacia la mina.
La entrada a la mina no fue demasiado complicada de encontrar y mientras examinaban la zona una araña gigantesca (con el cuerpo del tamaño de un perro) intentó enredar a Arugal con su telaraña. Un conjuro de celda de Kristoff la retuvo pero en ese momento el grupo vio como varias arañas más se dirigían hacia ellos con rapidez. Bellamy y Udeir se adelantaron mientras que Argné y Adanedhel prepararon conjuros para reforzar sus armas y Arugal se convertía en un oso para poder combatir mejor.
Las arañas se dispersaron y mientras las más lejanas arrojaban sus telarañas sobre el grupo, las más cercanas intentaban golpearles con sus mandíbulas y patas afiladas. El grupo no tardó en descubrir que las telarañas, además de entorpecer el movimiento, resultaban urticantes y adormecían los miembros sobre los que caían. Con el grupo preparado, el combate no duró demasiado antes de que casi todas las arañas cayeran pero cuando Adanedhel persiguió a la última araña (a excepción de la que seguía en la celda mágica de Kristoff) encontró que había más arañas y unas criaturas pequeñas y reptilianas de escamas rojas (kobolds) que estaban dando algún tipo de alarma y que parecían estar a punto de ir en busca del grupo...
Tras la sorpresa inicial, Adanedhel avisó rápidamente al grupo mientras retrocedía intentando ralentizar el avance de las arañas más veloces. El grupo decidió retirarse y reagruparse en Intier pero Arugal permaneció frente a la mina esperando a Adanedhel y cubriendo su retirada.
Varias arañas alcanzaron a Adanedhel e intentaron inmovilizarlo con sus telarañas mientras que un par de arañas (una de ellas montada por uno de los kobolds) se lanzaron contra Arugal. Adanedhel logró esquivar el grueso de las telarañas pero Arugal no tuvo tanta suerte y sus piernas quedaron inmovilizadas contra el suelo mientras las arañas y el kobold intentaban abatirlo.
Entretanto Udeir, que había retrocedido con el resto del grupo pensó que tal vez el fuego podría ayudarles a distraer/rechazar las arañas y se detuvo en su huida para encender una antorcha y regresar en ayuda de sus compañeros.
Adanedhel se libró de sus arañas saltando desde su posición elevada y se dirigió a librar a Arugal de sus ataduras mientras éste combatía contra el kóbold y lo abatía. Ambos luchadores se encontraban rodeados por un numeroso grupo de arañas y escuchaban con claridad como más arañas se dirigían hacia ellos. Viendo que sus posibilidades de huir disminuían Arugal decidió invocar la ayuda de la naturaleza y con un gruñido gutural en su forma de oso invocó al espíritu de la montaña para que se sacudiera y distrajera a las arañas lo suficiente como para darles una oportunidad de huir.
La invocación surtió efecto, aunque Arugal se vio superado por la fuerza del elemental y no logró controlarlo con efectividad. La montaña empezó a temblar, las rocas se deslizaron colina abajo y unas enormes grietas empezaron a aparecer en el suelo. Las arañas, abrumadas por lo sucedido no supieron reaccionar con rapidez, cosa que el resto del grupo aprovechó para salir corriendo (y volando en el caso de Arugal) sin mirar atrás hasta abandonar las inmediaciones de la montaña.
Cuando se reunieron y calmaron, decidieron que lo mejor sería regresar más adelante, cuando los kobolds y las arañas (y la propia montaña) se hubieran calmado y aprovechar que aún era pronto para investigar la casa alejada del pueblo que habían entrevisto mientras subían la montaña.
No les costó demasiado encontrar el lugar y allí vieron que se trataba de un conjunto de edificios que probablemente formaban un complejo relativamente aislado. Al investigar los restos del edificio principal Udeir y Arugal sufrieron un accidente y cayeron a través de unas tabla rotas a un sótano. Aprovechando que ya estaban allí echaron un vistazo al lugar y descubrieron que se trataba de una carbonera con una cierta cantidad de carbón (100-150 kg). Arugar aprovechó su habilidad para cambiar de forma y, transformado en un ratón, investigó el resto de salas del sótano, descubriendo un almacén y lo que debía ser una antigua despensa.
Tras salir del sótano revisaron el resto del edificio principal pero no encontraron nada más (excepto una araña venenosa que picó a Udeir por meter la mano donde no debía) y Adanedhel aprovechó para inspeccionar el resto de edificios. En la parte más apartada encontró lo que parecían ser los restos de una antigua forja en la que aún se conservaban algunos viejos moldes, así como mineral de cobre en bruto. Adanedhel decidió recoger alguno de los moldes más pequeños (peso 4) para que algún entendido pudiera examinarlo al regresar a Kestel y ver si podría tener valor.
Acabada de inspeccionar la zona, el grupo regresó a Intier a hacer noche y reencontrarse con el resto del grupo y desde allí regresar a Kestel para poder descansar, recuperarse de las heridas y planear qué hacer a continuación.
En Kestel descubrieron que con la llegada de la primavera había llegado un nuevo aventurero al pueblo, un guerrero llamado Merak dispuesto a unirse a la expedición von Eifenmeister. Tras pasar unos días en el pueblo en los que estuvieron descansando y recuperándose de los daños causados por las telarañas urticantes de las arañas, aprovecharon también para negociar con el herrero local la venta del molde que trajeron de la antigua forja y sondear su posible interés por conseguir más moldes como ese.
Una de las noches, Arugal recibió una visión del espíritu de la tierra al que había invocado junto a la cueva de las arañas. Parecía molesto por la forma en que se había exigido su ayuda y reclamó como pago que Arugal permaneciera atado a la tierra durante las siguientes dos lunas. Arugal se disculpó por la forma en que se había dirigido a él en el momento explicándole que había sido una emergencia y aceptó cumplir con el pago solicitado.
Finalmente el grupo decidió partir a investigar los asaltos que habían sufrido los orangrutanes durante el otoño por parte de un grupo de humanoides uniformados. Las pistas estaban bastante frías tras tanto tiempo pero lograron encontrar un campamento abandonado al norte del lugar donde los orangrutanes habían sido atacados. En el lugar no quedaba demasiado, ya que parecía que sus abitantes se habían llevado cualquier cosa de utilidad con ellos al marcharse, pero la impresión del grupo es que allí habían vivido al menos una treintena de personas durante varios meses antes de abandonarlo. El grupo decidió hacer noche en el lugar y utilizar la atalaya de vigilancia para controlar el perímetro.
Durante su guardia, Merak observó como un grupo de humanoides deambulaba en los alrededores del campamento y mientras intentaba verlos bien sufrió una caída desde la atalaya, lo cual sirvió para despertar al resto del grupo. Adanedhel invocó la ayuda de Lestari para curar sus heridas y eso pareció atraer la atención de los merodeadores, que resultaron ser un grupo de 5 soldados no muertos que cargaron directamente contra él. Kristoff reaccionó con rapidez lanzándoles una bola de fuego que hirió a varios de gravedad y Arugal se transformó en un oso y se interpuso en su camino, pero los no muertos parecieron ignorar los ataques para saltar sobre Adanedhel con garras y dientes, así como con algunas armas de filo cortas, y Adanedhel se vió forzado a abandonar su arco y retroceder.
El combate fue complicado ya que los no muertos parecían poseer una cierta inteligencia y ser capaces de actuar de forma coordinada entre sí, usando tácticas básicas para intentar rodear y aislar a Adanedhel del grupo y para protegerse entre ellos. Kristoff invocó la ayuda de la corona de Bolgar pero al parecer Bolgar no estaba muy de acuerdo con que su magia se usara contra no muertos y la energía nigromántica reunida por Kristoff se volvió en su contra hiriéndole. Tras recibir múltiples heridas el grupo logró abatir a los no muertos.
Tras recuperarse del combate con los no muertos Kristoff, Arugal, Merak y Adanedhel decidieron buscar el lugar de origen de los no muertos. No les costó demasiado descubrir unas tumbas poco profundas en las cercanías de donde parecían haberse alzado esos muertos. Kristoff utilizó su magia para recuperar el espíritu de uno de ellos e interrogarlo y así descubrieron que eran un grupo de desertores que habían venido en busca de un gran tesoro. Eran una treintena, aunque algunos habían caído por ataques de otros no muertos, animales salvajes, enfermedades, etc... Por lo que sabía el no muerto la intención de su líder era trasladar su campamento hacia el este, más cerca de Atris, a una zona más defendible y abrigada.
Esa misma noche Kristoff intentó usar los poderes de la Corona de Bolgar pero no tuvo demasiado éxito y el propio Bolgar intentó controlarlo (sin mucho éxito tampoco, pero un buen susto...)
Entretanto, en Kestel, Harrak, un nuevo explorador elfo se unió a los aventureros y junto con Argné, Udeir y Iskhandar salieron a explorar la zona norte. Se acercaron a Alaria ya que la familia de Harrak procedía de allí y desde allí siguieron hacia el norte hasta encontrar un lago. Al explorar la zona cercana al lago Udeir encontró unas pisadas extrañas que le llevaron a un par de individuos de gran tamaño y piel grisosa que parecían estar cazando. El grupo prefirió no mostrarse y los siguieron descubriendo que se encontraban con un tercer individuo y que parecían ir hacia el norte. Al día siguiente intentaron seguir los rastros y vieron que había bastantes más rastros. Al sospechar que debía haber un poblado o campamento por allí prefirieron no acercarse y viajaron hacia el oeste.
En el oeste encontraron un monasterio de Ilimar, el Dios del Descanso eterno donde hallaron unas catacumbas en las que reinaba la paz y una cámara de adoración de Ilimar donde tras una plegaria de Argné solicitando su ayuda se les revelaron unos pergaminos ocultos que el grupo decidió estudiar y copiar.
El viaje a IeronA su regreso a Kestel ambos grupos se re-encontraron y compartieron información. Además descubrieron que en su ausencia el pueblo se había empezado a preparar para una boda. Sidoney, la hija de Gratz el herrero está a punto de casarse pero parece que los problemas se conjuran para impedirlo. Por un lado descubrieron que el Ahjonas, el mercader que transportaba parte de los regalos y materiales para la boda fue atracado por unos maleantes en el camino desde Atris. Por otro lado, ¡Kellan, el novio aún no había llegado! Se suponía que el novio y su familia se trasladarían a Kestel desde Ieron (un pueblecito al sur) para la boda tras el invierno, pero no se habían recibido noticias de él...
El grupo decidió aprovechar que querían explorar la zona sur para ir acercarse hasta Ieron. En las cercanías observaron muchas pisadas de no muertos en el bosque y cuando vislumbraron el pueblo vieron que había barricadas improvisadas entre las casas, así como fuegos (controlados) en los techos. Arugal se adelantó para inspeccionar y vio que parecían estar preparándose contra algún tipo de ataque y mientras se disponía a regresar con el grupo (que ya llevaba un rato escuchando movimiento en el bosque), sonó un cuerno en la lejanía y una multitud de no muertos empezó a cargar contra el pueblo. El grupo se apresuró a defenderlo y aunque en algún momento sufrieron un tanto, lograron evitar que los no muertos se colaran en el pueblo. Tras otro toque de cuerno, los no muertos se retiraron.
Tras atender a los heridos y rematar a alguno de los no muertos lograron hablar con los habitantes del pueblo que les dijeron que llevaban varias semanas sufriendo estos ataques, concretamente desde el deshielo. Al principio habían sido ataques menores en las afueras del pueblo pero los ataques habían ido creciendo en intensidad. Les comentaron que habían enviado un par de mensajeros a Kiran, pero no habían vuelto y temían que hubieran muerto. Temlin, el alcalde, les explicó que el poblado se habían edificado sobre unas ruinas relativamente bien conservadas que habían encontrado en sus años mozos pero que al sur, en la zona de dónde se escuchaba el cuerno, había más ruinas. Por lo que ellos pensaban eran parte del mismo pueblo pero como estaban en bastante peor estado nunca las habían aprovechado para nada (aunque sí que las habían explorado/visitado con asiduidad pero no habían encontrado nada relevante).
El grupo descansó brevemente y a la mañana siguiente partió hacia las ruinas. En el camino descubrieron que en el bosque había muchos no muertos pero prefirieron esquivarlos para evitar atraer a toda la jauría y llegaron sin ser detectados a las ruinas. Allí, vieron que, efectivamente, quedaban únicamente muy pocos restos pero también había no muertos "vigilando". Al grupo le llamó la atención un pozo situado en la zona central de las ruinas que parecía haber sido agrandado recientemente y decidieron acercarse a ver qué había en su interior pero para ello tuvieron que evitar a los no muertos cercanos. Primero se aproximaron usando el sigilo y las indicaciones de Arugal transformado en un roedor, pero los últimos metros tenían que hacerse al descubierto y para evitar ser vistos Arugal se transformó en un matorral gigante que fue moviéndose lentamente cubrieron a sus compañeros hasta llegar al pozo.
En el pozo vieron que éste había sido agrandado cavando con garras y manos y que descendía un par de decenas de metros pero que era factible bajar trepando por él. En la base del pozo vieron que había una caverna que se abría en un pasillo y que parecía que había estado bloqueada por una gran piedra que ahora mismo se encontraba hecha pedazos...
El grupo avanzó por el pasillo y llegó a un cruce, girando hacia la derecha. Al final de ese pasillo vieron que giraba hacia la izquierda y había tres habitaciones antes de llegar al siguiente cruce. En la primera no encontraron nada intersante (muebles sencillos) pero al abrir la segunda puerta un derrumbamiento de piedras cayó sobre ellos, al parecer el techo se había hundido en esa cámara y había llenado la habitación de piedras y tierra. El grupo quedó separado a ambos lados del desprendimiento y mientras una parte del mismo intentaba cruzar al otro lado porque se escuchaban sonidos de pasos que venían en su dirección, Arugal intentó dialogar con el espíritu de la tierra para que apartara los escombros pero el espíritu de la tierra no pareció muy contento con la petición y la tierra que les separaba cobró vida y les atacó.
Así el grupo quedó dividido a ambos lados del pasillo con el elemental de tierra en medio y una horda de no muertos que les atacaba desde el otro lado y que Harrak y Adanedhel contenían a la espera de que el resto del grupo pudiera venir a apoyarles.
El elemental acabó cayendo (con dificultades) y todos se desplazaron hacia el combate con los no muertos... que sólo acabó cuando el sonido de un cuerno retumbó en las profundidades del lugar y los no muertos se retiraron ordenadamente... ¿Qué planearán hacer a continuación?
Mientras los no-muertos se retiraban, Ishkandar descubrió sorprendido que Argné había desaparecido frente a sus ojos y exclamó un sonoro "¡¿Pero qué brujería es esta?! que resonó entre los muros del lugar. En respuesta, el grupo escuchó unos débiles golpes y gritos de ayuda que venían de uno de los pasillos laterales y allí encontrarons a Yurin y Balzar, unos aventureros que habían sido capturados unos días atrás por los no muertos mientras viajaban hacia Ieron.
Juntos siguieron explorando el lugar y encontraron varias habitaciones donde parecían haberse realizado experimentos/investigaciones con los cuerpos de los acompañantes de Yurin y Balzar. el objetivo de estos experimentos no quedaba demasiado claro pero los cuerpos parecían haber sido usados como "repuestos" para algunos de los nomuertos locales.
Mientras recorrían el lugar, el cuerno volvió a resonar y los pasos de muchos no muertos se acercaban ominosamente. El grupo decidió refugiarse en una de las habitaciones para así contar únicamente con una puerta que defender y resistir así el embite no muerto. El combate resultó duro y todos recibieron múltiples heridas graves dando por imposible la huida a través de la puerta y los pasillos infestados de no muertos. Investigando la sala en la que estaban, encontraron lo que parecía algún tipo de vieja chimenea o túnel y Merak, Yurin y Balzar se ofrecieron a recorrerlo para ver si daba a algún lugar más tranquilo mientras el resto aguantaban la posición impidiendo que los no muertos los persiguieran.
....
Unos días antes, en Kestel, Argné irrumpió en la taberna de Oleg buscando a quienes estuvieran allí presentes. Vangeir le había dado una visión terrible y tenía poco tiempo para intentar evitarla. Allí encontró a Bellamy charlando con Raymond, un joven recién llegado que decidieron acompañarla hasta Ieron para intentar ayudarla.
Al llegar a Ieron y descubrir lo sucedido una nueva visión asaltó a Argné dejándola en trance durante unos minutos mientras su cuerpo recibía diversos daños de consideración. Al acabar la visión únicamente fue capaz de murmurar un "debéis ayudarles, están en grave peligro".
Bellamy y Raymond se dirigieron a las ruinas rápidamente encontrando un rastro de no muertos destrozados por el camino. Las ruinas parecían vacías por completo hasta que vieron movimiento entre unos arbustos alejados y descubrieron a Merak, Yurin y Balzar saliendo entre ellos. Éstos explicaron lo sucedido y Bellamy y Raymond decidieron entrar en las ruinas por ese camino mientras los otros tres regresaban al pueblo en busca de ayuda.
.....
En el interior de las ruinas el grupo se preparaba para hacer una salida desesperada cuando el ruido que surgía por el pasadizo les hizo dar un respingo y girarse para encontrarse con Bellamy y Raymond. Tras dialogar brevemente decidieron huir por allí en busca de otro acercamiento al lugar.
Ya en el exterior discutieron sobre sus siguientes pasos con una parte del grupo deseosos de volver a Ieron a curarse/refugiarse/buscar ayuda y otra parte insistiendo en la necesidad de buscar al portador del cuerno y acabar con él. Entretanto pudieron ver como los no muertos empezaban a salir del pozo y dispersarse de nuevo por los alrededores.
Finalmente decidieron intentar buscar una entrada alternativa al lugar (dado que en el interior habían visto unos restos de escaleras) y Adanedhel y Harrak se dispusieron a ello mientras Arugal regresaba por el pasadizo hasta el interior de las ruinas para ver si los no muertos las habían despejado. Arugal no tardó mucho en llegar a la sala donde vió a varios no muertos buscándoles entre los muebles y regresó al exterior para informar al resto del grupo.
Entretanto, Adanedhel y Harrak se separaron para buscar mejor las escaleras y llamar menos la atención y aunque encontraron los restos de las escaleras estas resultaban bastante impracticables, especialmente para aquellos más grandes o blindados dentro del grupo. Pero mientras buscaban Harrak llamó la atención de algunos de los no muertos que se dirigieron rápidamente hacia él mientras él intentaba darles esquinazo escondiéndose entre los matorrales y ruinas pero el movimiento atrajo a más no muertos y Harrak salió huyendo hacia el bosque intentando distraerlos.
Bellamy, Ishkandar y Raymond cargaron hacia allí esperando distraer a los esqueletos y ofrecer una opción de huida a Harrak y los esqueletos no tardaron en contracargarles. El combate fue breve pero letal y aunque los golpes de Bellamy e Ishkandar fueron contundentes y la magia de Raymond y las flechas de Adanedhel no quedaron a la zaga, los no muertos se cebaron golpeando a Ishkandar con sus espadas hasta que éste cayó. Raymond intentó salvarle desesperadamente, intentando impedir que su alma partiera de su cuerpo pero todos los intentos fueron en vano e Ishkandar atravesó las Negras puertas de la muerte cargando hacia su interior sin mirar atrás.
El resto del grupo liquidó a los no muertos cercanos mientras tanto Raymond, como Arugal, que acababa de llegar, realizaron sus ritos funerarios sobre el cadáver de Ishkandar: Raymond colocó tres monedas sobre su rostro y entonó una plegaria a Tutmosek para que le ayudara a encontrar el camino al más allá mientras que Arugal ofreció su cadáver al espíritu del fuego para evitar que más tarde pudiera ser alzado como una abominación no muerta.
El grupo vio que no dejaban de salir criaturas del interior del pozo y decidieron alejarse para pensar un nuevo plan de ataque, decididos a acabar con esta amenaza de una vez por todas.
Tras la muerte de Ishkandar y la reaparición de más no muertos, el grupo decidió regresar a Ieron para poder reagruparse, descansar y plantear una nueva estrategia. Pero Adanedhel, preocupado por Harrak, salió en su búsqueda así que únicamente Bellamy, Raymond y Arugal regresaron al pueblo. Allí, acudieron a ver a Madre para que curara sus heridas y encontraron un extraño individuo vestido con una extraña túnica y el rostro cubierto por una máscara que la estaba ayudando a curar a los heridos. El desconocido se presentó como "Errante" y dijo ser un monje vagabundo que viajaba para ayudar a la gente.
Tras curar sus heridas y cenar algo, Bellamy y Arugal se dispusieron a ayudar a defender el pueblo del ataque nocturno junto a Errante. Esa noche el ataque llegó más tarde de lo habitual y parecía que todos los no-muertos se habían concentrado alrededor del pueblo, cargando al unísono. El grupo decidió abrir una brecha en los no muertos y buscar al portador del cuerno para acabar con el problema de una vez por todas. Tras enfrentarse a media docena larga de no muertos en una de las barricadas del pueblo, se dirigieron rápidamente hacia el bosque siguiendo el sonido del cuerno.
Allí, en el límite de las ruinas, encontraron a una figura esquelética vestida con ropajes oscuros y un cuerno con incrustaciones metálicas colgado del cuello. Junto a él se encontraban dos enormes mastines esqueléticos y 4 soldados. Intentaron aproximarse sigilosamente, pero una rama traicionó a Errante y los soldados cargaron rápidamente contra ellos. Mientras Arugal y Errante se enfrentaban a ellos, Bellamy cargó sin pensárselo contra la misteriosa figura pero los mastines se adelantaron rápidamente a protegerlo.
Bellamy se enfrentó a los mastines y a pesar de su armadura recibió diversas heridas de ellos antes de lograr acabar con uno de ellos. Entretanto el hechicero no muerto concentró energía a su alrededor hasta quedar completamente cubierto de una luz verde (green fire!!) que parecía solidificarse a su alrededor e hizo volver a sonar el cuerno.
Arugal y Errante combinaron sus fuerzas contra los soldados no muertos y lograron acabar con todos ellos aunque Arugal quedó gravemente herido y se vio obligado a retrasarse un poco para lograr vendar lo más grave de sus heridas mientras Errante se acercaba al claro donde Bellamy y el hechicero combatían y se disponía a acabar con el mastín.
Entretanto, Bellamy había esquivado al segundo mastín y se había dirigido al hechicero golpeándole con todas sus fuerzas, pero el hechicero lo esquivó sin problemas y lo rozó con las puntas de sus dedos esqueléticos haciendo que la vida se escapara lentamente del cuerpo de Bellamy. Enfadado al haber fallado el golpe, Bellamy volvió a arremeter contra el hechicero golpeándolo con fuerza pero volviendo a notar como el mero roce de sus dedos le robaba vida que volvía a reforzar el aura de fuego verde de la criatura.
Errante intentó saltar sobre el mastín para evitarlo y poder dirigirse hacia el hechicero, pero el mastín demostró ser más inteligente y ágil de lo que parecía y le interceptó a medio salto derribándole con un peso que no tenía nada que ver con su cuerpo esquelético (y sí más bien con el que podría haber tenido antes de morir) y lo aplastó bajo sus patas. Errante se retorció cual anguila y salió de bajo sus patas sin poder evitar recibir varios garrazos pero dispuesto a ir a ayudar a Bellamy que seguía enfrentándose en solitario a la criatura.
El hechicero parecía no temer por su situación y volvió a hacer sonar el cuerno a la vez que concentraba más energía sobre sí mismo y congelaba parcialmente a Bellamy. Mientras tanto, Arugal, se dispuso a distraer al mastín y, aprovechando la fuerza de la forma del oso, acabar con él mientras Errante y Bellamy concentraban sus golpes en el hechicero. Éste, al verse rodeado, soltó el cuerno (que quedó colgando en su cuello) y la energía que le rodeaba pareció pulsar durante unos segundos antes de expandirse a su alrededor. Bellamy logró esquivarla tirándose al suelo pero Errante, concentrado en intentar arrebatarle el cuerno al hechicero, no logró esquivarla a tiempo y su mente se vió nublada por imágenes extrañas que le dejaron confundido.
Aprovechando que el hechicero parecía concentrarse en Errante, Bellamy descargó otro de sus golpes devastadores, asegurándose, en esta ocasión, de que la criatura no le rozara con sus dedos y logrando inutilizarle uno de los brazos. Pero el hechicero no se quedó ocioso y lanzó un rayo de energía contra Bellamy que logró esquivarlo y que pudo ver como impactaba contra el suelo creando un agujero que quedó rápidamente cubierto de podredumbre y corrupción.
Redoblando esfuerzos Errante y Bellamy se volvieron contra el hechicero para acosarle por ambos lados y finalmente, un poderoso espadazo de Bellamy logró cortarle el cuello y derribarle, momento en el que el mastín cayó desmadejado al suelo a los pies de Arugal.
Exhaustos tras el combate, descansaron unos segundos pero el sonido de cientos de pasos esqueléticos aproximándose a su posición hizo que decidieran alejarse del lugar rápidamente, pero antes de eso registraron el cadáver del hechicero encontrando un peculiar anillo en uno de sus dedos que se llevaron (junto con el cuerno) y regresando al pueblo malheridos, pero victoriosos.
El grupo regresó a Ieron e informó de que habían acabado con la criatura que controlaba a los no-muertos. Esa noche el pueblo no recibió ningún ataque y a la mañana siguiente el grupo decidió comprobar si los no-muertos seguían en el bosque e inspeccionar las ruinas si era posible. Los no-muertos seguían en la misma zona donde había caído el hechicero y el grupo aprovechó que las ruinas estaban desiertas para acabar de explorarlas. En ellas encontraron que la planta inferior que aún no habían explorado estaba formada por una gran antesala cubierta de imágenes grabadas en las paredes y una capilla dedicada a Illimar que había sido profanada y desacralizada.
Bajo el antiguo altar se encontraba una tumba rota, llena de sellos de protección y aviso (no abrir-peligro de muerte) en la que parecía que había estado encerrado el hechicero (había marcas de rascado en la parte interior de la losa). Errante afirmó notar una cierta presencia no maligna en la capilla, probablemente algún tipo de resto del aura divina que había tenido el lugar y el grupo decidió limpiar/recoger el lugar y buscar la forma de devolverla a su antiguo estado de gracia.
Tras explorar el lugar el grupo decidió que debían alejar a los no-muertos del bosque cercano al pueblo, por un lado para evitar que hubiera más ataques pero también para intentar examinar los restos del hechicero con más calma y su plan fue buscar una hondonada alejada y allí tocar el cuerno para atraerlos. Bellamy fue el encargado de tocar el cuerno para atraer a los no-muertos a una hondonada cercana y aunque carecía de experiencia usando instrumentos musicales consiguió llamar a los no-muertos a cambio de perder parte de su propia energía mental en el proceso. Entretanto el resto del grupo recogió los restos del hechicero.
Todos se reunieron en Ieron donde descubrieron que los huesos del hechicero no eran destruíibles y que estaban cubiertos de extraños símbolos y runas grabados. Todo esto les hizo sospechar que se trataba de un liche y las leyendas les indicaban que para lograr destruirlo por completo necesitarían encontrar su filactelia, el lugar donde había ocultado su alma.
Al día siguiente parte del grupo decidió partir hacia Kyran en busca de posibles respuestas sobre el liche y para buscar refuerzos que les ayudaran a acabar con los nomuertos. Dado que tenían prisa, el grupo decidió atajar por las marismas que llevan a Kyran y allí tuvo un encontronazo con un basilisco que estuvo a punto de convertir en piedra a Adanedhel y de acabar con medio grupo ahogado en el fango o ardiendo debido a las anguilas de fuego del pantano.
Al llegar a Kyran el grupo fue directamente a hablar con la guardia y allí se entrevistaron con la Capitana Fakyla a la que explicaron lo sucedido en Ieron y le mostraron los huesos del liche. La Capitana se mostró un tanto escéptica pero accedió a intentar conseguirles una entrevista con el Consejo de la ciudad, aunque ya les advirtió que debido a la gran cantidad de refugiados de la guerra del continente que habían llegado recientemente, no creía que el consejo o la Duquesa estuvieran dispuestos a enviar soldados a Ieron.
Al recorrer la ciudad pudieron ver que tal y como la Capitana les había dicho, la ciudad estaba llena de refugiados, lo cual hacía complicado encontrar alojamiento. El grupo descubrió que en el centro de la ciudad se alzaba una enorme torre octogonal de piedra maciza con un muro que impedía acceder a ella. Por lo que les contaron la Torre maldita llevaba allí desde tiempos remotos y nadie que hubiera entrado por sus puertas abiertas, había salido jamás. Se rumoreaba que en su interior había tesoros inimaginables, monstruos terribles, trampas letales y conocimientos ignotos, pero lo cierto es que no se sabía de nadie que hubiera logrado regresar tras cruzar sus puertas. Es por eso que el consejo de la ciudad las había rodeado de un muro que impedía su acceso y un grupo de guardias las vigilaba para que nadie se colara en su interior.
El grupo recorrió sus calles y acabó provocando un tumulto al intentar dar comida y monedas a un grupo de gente y acabó en los calabozos de la casa de la guardia del puerto donde acabó pasando su primera noche en la ciudad.
Al día siguiente el grupo decidió dividirse para cubrir mejor la ciudad. Por un lado Argné se dirigió a la iglesia local (seguidores de Silvera, diosa de la familia) y habló con el padre Laksmi (responsable del sanatorio de la iglesia) que le explicó que estaban bastante desbordados por la situación de los refugiados. Por su parte Adanedhel fue a informar a la Capitana Fakyla de que aún no contaban con un alojamiento donde ser localizados y le preguntó dónde podían encontrar mercenarios dispuestos a acompañarles a Ieron para ayudar con el tema de los no-muertos. Ésta le envió a una taberna donde contactó con Wangi, el jefe de un grupo de 8 mercenarios que estuvo dispuesto a dirigirse a Ieron y ayudar con los no-muertos (a cambio de una paga, por supuesto)
Bellamy y Drick fueron en busca de alguien dispuesto a comprar los ojos de basilisco en los bajos fondos y mientras vagabundeaban por la zona del puerto se encontraron con Teo, un halfling recién llegado del viejo continente que se ofreció a presentarles a La serpiente, una maga misteriosa que podría estar interesada en comprarles el material. Tras visitar el templo local de Ashadi, señora del mar embravecido y de que Bellamy recuperara un poco sus sentidos, fueron a visitar a La serpiente. La maga les compró los ojos de basilisco y se mostró muy interesada en su historia sobre los no-muertos y el liche y se comprometió a intentar informarse al respecto.
Acabados todos sus negocios el grupo decidió festejar un poco sus éxitos y escuchó rumores de que la Torre maldita había sido el lugar de residencia de un antiguo nigromante de gran poder que dominaba estas tierras en épocas pretéritas, lo cual les hizo suponer que tal vez se tratara de su liche... El alcohol y unas cuantas provocaciones "no hay huevos a entrar a la torre", les hizo acabar de nuevo con sus huesos en los calabozos de la guardia tras intentar asaltar la torre junto con un grupo de habituales de la taberna donde estaban (El rincón de Ardí, garito habitual del clan Geria, una de las mafias locales).
Y a la mañana siguiente, con una seria resaca y algún que otro golpe en el cuerpo, se reunieron con Wangi y sus mercenarios y partieron de nuevo hacia Ieron... sin acordarse de avisar a la Capitana Fakyla de que se iban...
Mientras regresaban a Ieron cruzando las marismas, un grito de los mercenarios que los acompañaban alertó al grupo de que estaban en problemas. Habían entrado en una zona de arenas movedizas y varios habían caído a ellas. Mientras el grupo se apresuraba al rescate (con varios miembros del mismo cayendo en las arenas) un gran grupo de anguilas de fuego se acercó al sentir la presa. Tras unos minutos tensos lograron sacar a todo el mundo de las arenas y del agua y eliminar a unas cuantas anguilas de fuego, acabando todos rebozados en barro y arena.
En Ieron comprobaron que no se habían vuelto a producir ataques pero que los nomuertos habían salido de la hondonada y habían regresado a sus posiciones cerca de las ruinas. El grupo discutió duramente qué medidas tomar, en especial si debían usar el cuerno para atraer a los nomuertos a una trampa o si ésto no era buena idea.
A la mañana siguiente el grupo y los mercenarios se dirigieron a la hondonada para inspeccionar el lugar. Una parte del grupo se quedó preparando trampas y otra decidió ir a recorrer las inmediaciones y acabar con algún grupo aislado de no muertos, lo cual estuvo a punto de costarles caro ya que el grupo que encontraron hirió a varios de ellos.
Tras preparar una buena cantidad de trampas, el grupo volvió a Ieron donde habló con el alcalde Temlin para conseguir algunos leñadores como apoyo y a la mañana siguiente los PJ's, los mercenarios y unos cuantos habitantes de Ieron se dirigieron a la hondonada.
Allí Bellamy se situó en el centro de la hondonada mientras el resto ocupaban posiciones sobre ella y Adanedhel se situaba en el bosque, en un lugar donde pudiera ver a los no-muertos y descubrir cómo reaccionaban al sonido del cuerno.
En esta ocasión Bellamy no logró sintonizarse con él y un intensísimo dolor le sacudió por completo dejándole aturdido y sangrante mientras que los no-muertos reaccionaban entrando en algún tipo de frenesí completamente enloquecido que les dirigía inexorablemente hacia Bellamy.
Los no-muertos llegaron rápidamente por todas partes dispuestos a saltar sobre Bellamy llevándose por delante a cualquiera que se cruzara en su camino. El grupo resistió como pudo pero poco a poco Bellamy se vio obligado a retroceder hacia el desnivel pero ya habían trazado un plan previo por si esto sucedía y Bellamy lanzó el cuerno hacia Adanedhel que salió corriendo cual alma que lleva el diablo mientras una enorme cantidad de no-muertos le perseguía incansable.
El resto se peleaban con los no-muertos que había quedado fuera de la trampa intentando abatir a tantos como fuera posible para empezar a reducir su número y evitar que siguieran a Adanedhel que, entretanto daba un amplio rodeo por el bosque intentando redirigir a todas las criaturas de nuevo hacia la hondonada y las trampas. Al llegar allí se detuvo para volver a hacer sonar el cuerno ordenándoles que se detuvieran.
La mayoría de no muertos parecieron obedecer la orden mientras Adanedhel se dejaba los pulmones haciendo sonar el cuerno. Bellamy aprovechó el momento de calma para ayudarle a subir a la parte superior de la hondonada mientras que Errante y Drig se reagrupaban con parte de los mercenarios y activaban varias de las trampas preparadas acabando con un buen número de esqueletos.
Entretanto, en el bosque, un desconcertado Harrak despertaba con el sonido del cuerno de una serie de visiones que le habían azotado durante las últimas semanas, desde el momento en que abandonó al grupo huyendo hacia el bosque perseguido por los no muertos. Tras caminar durante horas por el bosque guiado por una extraña luz, las luces del amanecer le sorprendieron cuando ese misterioso guía pareció transformarse en un pájaro ardiente que le atravesó dejandole una marca ignea en el pecho. Tras ese momento vagó perdido por los bosques recibiendo visión tras visión de Illimar, dios del eterno reposo:
- En la primera de ellas pudo ver la muerte de Iskhandar a manos de los no muertos,
- Después vio como una capilla estaba siendo profanada por no muertos.
- Tras esta visión pudo volver a ver la misma capilla, antes de ser profanada, donde una figura encapuchada tocaba una losa de piedra grabada con símbolos en el suelo que se rompían mientras murmuraba un tenebroso "¡Levántate, mi Heraldo! Regresa a mi servicio inmortal!"
- La siguiente visión tenía lugar en la misma capilla pero en esta ocasión estaba iluminada y con una decena de personas. Casi todos los presentes lucían armadura y estaban heridos de diversa gravedad. Todos ellos rodeaban a un hombre atado y amordazado que se resistía mientras lo introducían en un agujero bajo el altar que cerraban con una losa (la misma que antes había visto que se rompía). Todos los presentes entonaban un cántico y uno de ellos se adelantaba diciendo: "¡Aquí te encerrados Hijo de la Oscuridad! Aquí sufrirás un tormento eterno castigado por tus crímenes inefables contra el orden establecido y las leyes de este reino. Tu alma vagará perpetuamente por senderos sin luz, sin poder regresar a tu cuerpo. Nosotros te condenamos siervo de la muerte y al hacerlo nos encadenados voluntariamente a este lugar para así hacerlo anatema para los tuyos y evitar que ni ahora ni nunca seas liberado."
- La última de las visiones mostraba ese mismo lugar, con más gente reunida preparando un ataque. Los presentes eran claramente conscientes de que iban a perder de la batalla y que no podían hacer mucho para evitarlo, pero pretendían ganar tiempo para que los civiles acabarán de ser evacuados hacia la costa y de allí al nuevo continente. Su idea era intentar acabar con el Heraldo del Señor oscuro para así debilitar su poder.
Al escuchar el cuerno, las visiones de Harrak parecieron acabar y un impulso le llevó a dirigirse hacia el sonido, lo cual le condujo directamente a la hondonada y al combate.
Entretanto el combate se había reanudado ya que en el momento en que fueron atacados, los esqueletos recuperaron la movilidad pero el tiempo ganado en reagruparse y la oportuna llegada de Harrak desde un nuevo ángulo ayudaron a suavizar la presión sobre los puntos más complicados.
Tras diversos movimientos arriesgados y la activación del resto de trampas preparadas por el grupo, los últimos esqueletos cayeron y la calma llegó a la hondonada.
Harrak preguntó por Iskhandar esperando descubrir que su visión no se había hecho realidad pero la noticia de su muerte le dejó devastado. Tras lograr calmarse se dio cuenta de que los restos de ropa y armadura de los esqueletos coincidían con aquellos del ejército de su visión y decidió utilizar sus recién descubiertas habilidades clericales para interrogar a uno de los muertos sobre qué habían hecho en el pasado de sus visiones. El espíritu le contestó que habían logrado encerrar al Heraldo del señor oscuro para debilitar sus fuerzas pero que fueron vencidos por este y obligados a servirle.
Mientras regresaban hacia el pueblo una luz dorada que surgía de las entrañas de las ruinas les llamó la atención. Al explorar el lugar pudieron ver que la luz procedía de la estatua rota de Illimar y Harrak reconoció la capilla como el lugar que había aparecido en sus visiones. Allí al tomar la cabeza rota y situarla sobre el torso de la estatua, ésta se recompuso y la luz del lugar menguó mientras una sensación de calma y tranquilidad se extendía por el lugar.